La costumbre española de tomar ayahuasca

Texto por Carlos Suárez Álvarez
Publicado originalmente en el sitio web de ICEERS en octubre de 2023. 
No es habitual que se pregunte por ayahuasca en las encuestas sobre consumo de drogas que periódicamente realizan las distintas agencias gubernamentales. En América se ha hecho en Brasil y Colombia, lo que no es de extrañar, dada la gran importancia cultural que la ayahuasca tiene en estos países amazónicos. En Europa se ha hecho en Chequia y en España. 

De la encuesta española, conocida como EDADES, lo primero que llama la atención no son las cifras, que enseguida comentaremos, sino las letras. Porque la encuesta considera que la ayahuasca pertenece a la categoría de “nuevas sustancias psicoactivas”, aquellas que, según el informe, “imitan el efecto de drogas ilegales (cannabis, cocaína, éxtasis…). Estas nuevas sustancias (keta, spice, cannabinoides sintéticos, marihuana sintética, miau miau, flakka, superman, catinonas, mefedrona, derivados de los fentanilos, metoxetamina, NBOMe, ayahuasca, kratom…) se pueden presentar en forma de hierbas, pastillas, polvos, líquidos, inciensos…”. 

No hace falta ser una persona experta para saber que la ayahuasca (o el kratom) ni es nueva ni pretende imitar los efectos de ninguna droga ilegal. Nosotros lo sabemos, pero no lo sabían quienes redactaron el citado informe, y, por tanto, tampoco lo sabrán en los estamentos políticos donde se utilice esta herramienta para tomar decisiones que, por ejemplo, pueden significar el ingreso de gente en prisión.
gran tradición, ¿baja prevalencia?
La encuesta EDADES señala que España presente el índice de consumo de ayahuasca más bajo de todos los países que hemos analizado. Así, mientras en España la prevalencia entre la población general era del 0,2% en 2019 (y del 0,1% en 2018), en el resto de Europa, Chequia presentaba un índice del 0,5%, Países Bajos del 0,42% y Estonia del 0,27%. Y en América, Brasil presentaba un índice del 0,37%, Colombia un 0,8%, Estados Unidos un 0,5% y Uruguay un 0,33%. Que el 0,2% de la población española haya tomado ayahuasca alguna vez en la vida supone que lo han hecho más de 60.000 personas. Además, de acuerdo a nuestras estimaciones, sugerimos que solo en el año 2019 tomaron ayahuasca más de 12.000 personas. Esta baja prevalencia de consumo, menor que en cualquier otro país del que tengamos información, nos sorprende. 

Consideramos, en virtud de nuestro conocimiento del movimiento ayahuasquero, que España es uno de los países europeos con mayor actividad. Por esta razón hemos revisado en detalle la información inédita de las bases de datos de EDADES, y hemos encontrado cierta deficiencia que podría explicar esta baja prevalencia. De las 74 personas encuestadas que en 2018 y en 2019 afirmaron haber tomado tomado ayahuasca alguna vez en la vida, solo 2 eran de Cataluña frente a las 16 de la Comunidad Valenciana, 13 de la Comunidad de Madrid y 12 de Islas Baleares. La posición de Cataluña en esta lista sorprende, por tener una población superior a la de las comunidades citadas, por la intensa actividad que sabemos que tiene lugar allí, seguramente la más importante del estado español y de Europa, y por haber sido desde los años noventa una región pionera en la introducción de la ayahuasca en el viejo continente. ¿Un error metodológico cuya consecuencia puede suponer un sesgo a la baja del número total de tomadores?
quién, cómo, cuándo
Madurez. La característica que define a la persona que toma ayahuasca en España, al igual que sucede en muchos otros países, es su madurez. Empezando por la edad: la encuesta EDADES subraya que la edad de inicio en el consumo de ayahuasca es la más alta de todas las sustancias, a excepción de los fármacos hipnosedantes. Frente a los 27 años de la ayahuasca, encontramos los 16 de alcohol y tabaco, los 18 de cannabis o los 20 de alucinógenos. 

La Global Survey of Ayahuasca Drinking (GSAD), una encuesta internacional liderada por la Universidad de Melbourne a la que contestaron 270 con residencia en España eleva la edad media de inicio a los 35 años, y apunta que dos de cada tres personas consumieron ayahuasca por primera vez pasada la treintena. El género es también revelador: consumen hombres y mujeres en una proporción cercana al 50%. 

En el estudio de ICEERS La ayahuasca en España, coordinado por José Carlos Bouso y publicado en 2020, se remarca que por lo general en “en la población adulta los consumos de drogas entre las mujeres son mucho más reducidos que entre los hombres”, lo que reflejaría “que la concepción que las personas que participan en ceremonias de ayahuasca tienen sobre ésta no es de una droga”. 

No menos significativo es el nivel educativo y la ocupación laboral. De acuerdo Santiago López-Pavillard, cuya tesis doctoral La vida como proceso de sanación incluye una caracterización de las personas que tomaban ayahuasca en España en el año 2010, su “nivel educativo es superior a la media nacional, con una importante presencia de licenciados y personas con estudios de postgrado”. En consonancia con este alto nivel educativo, de acuerdo a la GSAD, casi un 60% de quienes consumen ayahuasca en España ocupan cargos directivos o desempeñan profesiones liberales.
control ritual
Otro dato que diferencia la ayahuasca de otras sustancias generalmente asociadas a un consumo recreativo o abusivo, es el contexto en el que se toma. Según la GSAD, el 80% de las personas que consumen ayahuasca lo hacen en contextos rituales, bajo la supervisión de un terapeuta, una chamana o, en definitiva, alguien con experiencia en administrar la sustancia y cuidar de las personas participantes. Este patrón de control ritual se repite en casi todos los países en los que hay estudios. 

La madurez y posición social de quienes consumen, habitualmente en un contexto ritual, nos permiten entender mejor que, aunque hay ceremonias de ayahuasca en España desde hace tres décadas, a día de hoy no hemos encontrado en los medios de comunicación noticia alguna que asocie el consumo de ayahuasca con un caso de muerte. Si consideramos que, según nuestras estimaciones, cada año se realizan en España aproximadamente 60.000 tomas de ayahuasca, creemos poder afirmar con cierta confianza que este antiguo remedio amazónico no supone una amenaza para la salud pública, sino que al contrario, puede contribuir al bienestar de las personas, como han mostrado numerosas investigaciones en los últimos años.          

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