IQUITOS, MECA DE LA AYAHUASCA
Desde el enfermo que no encuentra curación en la medicina occidental hasta el turista en busca de una experiencia ritual para su álbum de recuerdos, miles de personas acuden cada año a Iquitos para tomar ayahuasca, generando un negocio de millones de dólares. Iquitos, meca de la ayahuasca, una serie de nueve crónicas publicada originalmente en la revista Cáñamo, analiza el fenómeno del chamanismo ayahuasquero desde distintos puntos de vista.
Cuando la ayahuasca es un negocio
Ha comenzado la Edad Dorada de la curación ayahuasquera. Nuevas formas se desarrollan merced a las alianzas entre maestros locales y terapeutas extranjeros. Un mundo apasionante y, en ocasiones, turbulento: la mezcla de espiritualidad y los millones de dólares que cada año se dejan los extranjeros en Iquitos resulta explosiva.
Un cultivo rentable
La ayahuasca, antaño sin valor en el mercado, es hoy objeto de un floreciente negocio global con epicentro en Iquitos. Producto al alza, especie a la baja. Cosechada hasta su erradicación en una extensa área de la selva peruana, Monstruo Voraz busca soluciones para que prosigan los dividendos: plantaciones, intermediarios, procesadores, exportadores, distribuidores.
Pacientes e impacientes
Una contable alemana está aburrida de ver el aura de las personas y soñar el futuro; a una cocinera nativa le duelen los huesos; dos exitosos financieros de Canadá sienten vacío espiritual; a la joven vecina de un pueblo ribereño la han embrujado; un grupo de turistas ansía visiones extraordinarias. Razones de unas y otros para acudir al ayahuasquero.
La dulce purga del gringo chamán
Ron Wheelock, el Purguero, es el único extranjero que convida el ayahuasca en Iquitos sin un maestro local a su lado. Famoso por la potencia de su remedio, apasionado y visceral, no tiene reparos en hablar de aspectos poco comentados de la curación espiritual: cómo se ha convertido en un negocio próspero o cómo la envidia ha desatado peligrosas enemistades chamánicas.
La metáfora de Joe Tafur
El médico estadounidense Joe Tafur ha encontrado una manera de traducir el lenguaje chamánico al científico: los malos espíritus podrían ser perturbaciones en el sistema límbico; las energías negativas acumuladas, una carga alostática; la sanación espiritual, exitosa para problemas emocionales y enfermedades auto inmunes. Ésa es su experiencia al frente del Centro Espiritual Nihue Rao, que fundó junto a la artista canadiense Cvita Mamic y al maestro shipibo Ricardo Amaringo.
Lucho y los espíritus
Lucho Panduro es el típico curandero mestizo del área de influencia de Iquitos. Ascendencia abigarrada, cultura selvática, chamanismo forjado por mil y una influencias. Tiene su propio centros de retiro espiritual para turistas en Tamshiyacu, uno de los pueblos chamánicos por excelencia de la selva peruana.
Lo que cura el curandero
Juan Curico es un perfecto exponente del "vegetalismo", un sistema chamánico mestizo descrito por el antropólogo Luis Eduardo Luna. Perteneciente al pueblo cocama, y nacido cerca de Laguna, pueblo que fue la capital de las misiones de Maynas, Curico vive y trabaja en Iquitos, tanto para sus vecinos como para los centros de retiro especializados en ofrecer ayahuasca. 
Benigno es bueno
El curandero de pueblo Benigno Dahua atiende a los vecinos de problemas "que el hospital no sabe curar" y aspira montar su centro de medicina natural. Dice “amiguín, correctamente, amiguín”, dicharachero como un pequeño genio del bosque y ríe todo el tiempo y nunca dice no. “Yo no soy engreído en lo que yo he aprendido. Dios me ha entregado con ese amor, y con ese amor entrego a las personas que quieren aprender”.
Francisco Montes en visiones
Ayahuasquero desde el vientre de la madre. Disciplinado aprendiz de varios curanderos. Dueño de un extenso jardín botánico con cientos de especies medicinales. Cocinero de un poderoso remedio. Pintor de éxito internacional. Maestro de extranjeros. Triste testigo de un conocimiento que se pierde. 

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